Algunos años más tarde después de la construcción de la Iglesia en 1572, se edifica la ermita de la Santísima Trinidad, situada a unos 300 metros del pueblo de Bello. Se alza solitaria en una llanura de no mucha extensión. Tiene un estilo sencillo muy parecido al de la iglesia, posee una altura aproximada de unos 5 m mientras que su anchura no llega a los 4 m, en el sentido de la profundidad alcanza 12,55 m, la pared o muro tiene un grosor de unos 50 cm y a ambos lados laterales de la misma se hallan unos gruesos contrafuertes propios del estilo renacentista. La ermita estaba bastante deteriorada, pero recientemente la han reformado. En la parte posterior hay una casa que fue construida años más tarde con el fin de que sirviese de albergue a los transeúntes que carecían de vivienda. La entrada de la ermita es de un estilo típico de la época. En el interior distinguimos una única sala en cuya parte frontal hay un sencillo altar, éste está formado por un solo retablo que consta de un lienzo que representa a Jesús crucificado, a su madre y al discípulo amado, en el otro lienzo situado bajo el anterior podemos observar a la Santísima Trinidad y a ambos lados de este a San Juan Bautista y a San Juan Evangelista.
Cabe destacar que antiguamente en las paredes laterales había colocados una serie de cuadros representando la oración del Huerto, la Coronación de Espinas, el Ecce Homo, Jesús crucificado, Nuestra Señora de la Merced, Nuestra Señora del Pilar, Pablo el Ermitaño, la Virgen Dolorosa y Mª Magdalena. Estos cuadros han desaparecido sin que se sepa cual es su paradero. Hoy tan solo quedan las figuras de la Pasión de Jesús pertenecientes al Vía Crucis.


Fuente: Bernardo Bello Sánchez Trabajo «Bello y su Historia» (21 de Abril de 1980)